Berenice Olmedo es conocida por sus esculturas y objetos cinéticos, en los que a menudo integra prótesis y órtesis, revelando las dimensiones políticas de la discapacidad, la enfermedad y los cuidados. En Nakewé, la artista utilizó distintas perspectivas de tumores, visualizados en tomografías computarizadas y procesadas en un software médico; a partir de los cuales transforma materiales clínicos en formas abstractas que ya no hacen referencia directa al cuerpo humano, sino que se convierten en entidades autónomas. Mediante el ensamblaje y la reconfiguración de componentes ortopédicos, férulas y otros dispositivos médicos, Olmedo desafía los estereotipos y propone formas alternativas de ser, basadas en lo que se suele pasar por alto, que son excluidas o son consideradas residuales. Como Olmedo afirma, en el mundo que procura “no hay estigma de discapacidad, sino sólo variaciones de existencia, variaciones de movimiento, variaciones de lentitud y velocidad”.