Los monocromos desfigurados de Steven Parrino muestran lienzos sometidos a fuerzas de degradación y, en ocasiones, de evidente violencia. Forman parte de la práctica anárquica y punk de Parrino, que se inspira en la imaginería popular de destrucción para cuestionar los valores del arte dentro de la cultura. Como parte de su crítica, el título de esta obra procede de un conocido video para adultos de finales de la década de 1970.