La práctica pictórica de Gerhard Richter se basa en la imagen fotográfica. Puede ser representativa o abstracta, pero siempre se inspira en la fotografía como medio que registra y también oscurece los recuerdos y la historia. Sus lienzos conservan rastros de una imagen inicial, difuminada al arrastrar la pintura por la superficie con un jalador de plástico. Parte de una generación de artistas alemanes de la posguerra, la obra de Richter reflexiona sobre la historia personal en relación con una responsabilidad social.