DAMIEN HIRST: VIVIR PARA SIEMPRE POR UN MOMENTO
Introducción

Damien Hirst es uno de los principales artistas contemporáneos de nuestro tiempo. Desde finales de la década de 1980, su obra ha constituido un punto de referencia en los debates sobre la naturaleza del arte contemporáneo. Con frecuencia ha provocado la controversia pública por la audacia de muchas de sus obras, así como por su actitud ante los sistemas a través de los cuales el arte se hace visible y circula, planteando preguntas pertinentes sobre cuestiones de valor cultural y gusto. Desde el inicio de su carrera, Hirst fue considerado símbolo de una generación de “Jóvenes artistas británicos” que tuvieron una presencia destacada en el arte internacional de finales del siglo XX. La audaz personalidad de Hirst ha quedado inextricablemente unida a su producción artística, formando parte esencial de su poder.

A pesar de toda la atención mediática que ha rodeado al propio artista, el cuerpo de obra de Hirst sigue siendo un formidable análisis de los valores contemporáneos y de la condición humana. Vivir para siempre (por un momento) presenta una panorámica de algunas de las obras y series más significativas de Hirst, en toda su diversidad, confrontándonos de maneras que resultan a veces provocadoras y, al mismo tiempo, cautivadoras.

En toda la obra de Hirst es visible la cuestión esencial que ha preocupado a la humanidad y que posiblemente sea la motivación de todo arte: nuestra propia mortalidad. ¿Qué es el acto de crear sino un intento de vivir para siempre (por un momento)? La verdad ineludible de que la vida termina inevitablemente con la muerte se hace patente una y otra vez en la obra de Hirst. Se representa o simboliza usualmente con efectos macabros, pero también se evoca a través de su contrario, la belleza intensa y el placer visual. Centrarse en la belleza estética implica celebrar la vida y su brevedad. La dualidad del horror y la belleza representa los principales intereses de Hirst: cómo dividimos y reconciliamos, representamos y oscurecemos las cuestiones fundamentales de la existencia que por lo general iluminan las contradicciones de nuestras sociedades y creencias. La obra de Hirst nos confronta con las realidades que a menudo nos esforzamos por evitar.

DAMIEN HIRST: VIVIR PARA SIEMPRE POR UN MOMENTO
GALERÍA 3

Las obras del período inicial de la carrera del artista revelan con frecuencia un interés por el uso de múltiples formas y sistemas de disposición, utilizando materiales domésticos cotidianos, como sartenes de colores brillantes, salchichas en conserva o cajas de cartón de colores. De estos comienzos surgió una de sus series más prolíficas e icónicas, las Spot Paintings [Pinturas de puntos], que juegan con los aparentemente sencillos detalles del color, la geometría y el dibujo. Su paleta y composición, así como su similitud con las píldoras, también enlazan con los coloridos envases de medicamentos que utilizó en otra de sus primeras series, Medicine Cabinets [Gabinetes médicos]. Los primeros ejemplos de estas pinturas formaron parte de una ambiciosa exposición en tres partes, Freeze (1988), que el artista organizó para mostrar sus obras y las de sus compañeros cuando aún eran estudiantes, en la que también expuso Boxes [Cajas], incluida en esta exposición. Después de pintar sólo unas pocas, Hirst decidió delegar en sus ayudantes la ejecución de todas las Spot Paintings restantes. En la actualidad hay más de mil subcategorías de esta serie, todas ellas con nombres de medicamentos.

Hirst asistió al Goldsmiths’ College cuando la enseñanza superior era gratuita y, por tanto, estaba abierta a estudiantes de orígenes muy diversos, y en una época en que su Departamento de Arte animaba a los estudiantes a abandonar la división tradicional entre formas de arte y a articular sus ideas con confianza. Esta fue la generación que desafió las convenciones, tanto en el arte como en el acceso a las instituciones artísticas. Aparte de su confianza en sí mismos, no había mucho que uniera los diversos tipos de obras realizadas por esta legendaria generación de artistas británicos, muchos de los cuales asistieron a Goldsmiths, pero también a otras universidades londinenses. Como grupo heterogéneo, se hicieron famosos por la naturaleza extravagante de su obra, en gran parte atribuible al humor gótico propio de Hirst. El uso del formaldehído también se inspiró en sus visitas no oficiales a un museo de anatomía de Leeds, su ciudad natal, cuando era adolescente, para practicar el dibujo al natural. Este primer compromiso con el aspecto físico y la conservación de los cadáveres influiría en su obra posterior.

Además de las obras compuestas por animales conservados en tanques llenos de formaldehído, que más tarde se conocieron como la serie Natural History [Historia natural] por su similitud con los especímenes que se encuentran en los museos, el inicial interés de Hirst por el entorno médico también se extendió a los medicamentos, el medio por el que retrasamos la inevitabilidad de la muerte. En 1991, Hirst realizó una obra que llevaba mucho tiempo en su mente, un tiburón tigre entero suspendido en formaldehído con el título The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living [La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo]. La obra y su título definían al artista y sus propensiones como un manifiesto. La confrontación con el terrorífico animal, unida a la fascinación de poder escrutar a la criatura en su estado detenido, continuó en otras series de tiburones en formaldehído, tanto enteros como disecados. Dos ejemplos son Death Denied (2008) [Muerte negada] y Death Explained (2007) [La muerte explicada], cuyos títulos sugieren la misma dicotomía en el centro de las preocupaciones del artista: nuestro deseo tanto de conocer como de ocultar la verdad. Una oveja blanca fue el tema de una obra titulada Away from the Flock (1994) [Lejos del rebaño] , que durante una exposición fue objeto de vandalismo temporal por parte de un manifestante, que vertió tinta negra en el depósito lleno de formaldehído. Esto llevó a Hirst a producir sus propias versiones en negro, una de las cuales se titula Black Sheep (Twice) (2007) [Oveja negra (dos veces)]. Hirst utiliza habitualmente aspectos contrastados en su obra. En este caso, la oveja blanca, símbolo característico de Cristo en la imaginería religiosa y asociada a la pureza y la inocencia, contrasta con la oveja negra, tradicionalmente temida por superstición y considerada un paria.

Paralelamente, Hirst desarrolló su serie Medicine Cabinets. Estos armarios blancos y estériles pueden considerarse modelos anatómicos, ya que muchos de estos contienen medicamentos relacionados con distintas partes del cuerpo. La primera serie de estos botiquines de 1989, que incluye Holidays [Vacaciones] y Problems [Problemas], toma sus títulos de las canciones del único álbum de los Sex Pistols, uniendo las tendencias anarquistas y autodestructivas del punk con el interés de Hirst por el cuerpo y su inevitable declive. Los Medicine Cabinets y Spot Paintings aluden al modo en que los medicamentos supuestamente utilitarios se presentan comercialmente con colores y diseños creados para resultar atractivos. Más allá de su predilección por el diseño de los envases de los fármacos, el interés de Hirst se despertó inicialmente por la creencia y la certeza casi religiosas que provocaban los medicamentos.

Posteriormente realizó otras series de vitrinas de acero inoxidable, algunas con hileras de píldoras blancas, como en Memories Lost, Fragments of Paradise (2003) [Recuerdos perdidos, fragmentos del paraíso], y otras chapadas en oro. La vitrina de oro Judgement Day (2009) [Día del juicio] contiene hileras de cristales de zirconia cúbica. Esta sustancia, una forma de diamante sintetizado que se utiliza en joyería, tiene su origen en el mundo de la ciencia, cuando se desarrolló para su uso como componente de láseres y equipos médicos. Al contener objetos de tamaño y forma similares a tabletas, estos armarios hacen referencia directa a la idea de exhibición y valor comercial.