Aunque parecen inscribirse en la tradición de la pintura geométrica, los lienzos de Peter Halley son teóricamente esquemáticos y representan conductos y unidades reducidas que estructuran el entorno construido, así como el mundo social y político. Day One es uno de los más ambiguos, ya que sólo sugiere un suelo y un conducto por debajo. A través de estos sencillos elementos y de la exploración de pinturas industriales —en este caso pigmentos fluorescentes—, Halley conecta con cierta ironía con la historia del modernismo, sus efectos y sus puntos ciegos.