Desde la década de 1960, Bruce Nauman ha explorado poéticamente la condición humana y el universo emocional que la constituye. Durante más de cincuenta años, Nauman ha experimentado con todos los medios artísticos imaginables, disolviendo la frontera entre géneros y creando otros completamente nuevos. Inspirándose en actividades, materiales y vocalizaciones cotidianas, su producción diversa examina la vida en toda su decadencia y esplendor. Figura clave del movimiento de cine y video experimental de los años sesenta y setenta, retomó el video más de una década después con Good Boy Bad Boy [Niño bueno niño malo]. Al investigar la naturaleza multivalente de las palabras y concebida como un manifiesto moral didáctico, dos actores representados en primer plano recitan las mismas cien frases, cambiando constantemente su pronunciación e inflexión. La intensidad emocional de los actores aumenta con cada repetición, a medida que entran y salen de sincronía entre sí. La instalación confronta directamente al espectador, planteando preguntas sobre la relación entre el lenguaje, el habla y la emoción.